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La integración de UBS y Credit Suisse pone en riesgo miles de empleos

La compra de Credit Suisse por UBS vendrá acompañada de una compleja integración en la que será necesaria una profunda reestructuración del área de banca de inversión de la entidad fallida y resolver los enormes solapamientos de personal entre ambas corporaciones. Suman más de 120.000 trabajadores en todo el mundo y los propios compradores son conscientes de que los ajustes son inevitables.

El mismo domingo, el día en que se cerró el acuerdo para la compra de Credit Suisse por algo más de 3.000 millones de euros, el presidente de UBS, Colm Kelleher, ya informó de la posible venta o cierre del negocio de banca de inversión de Credit Suisse y sugirió recortes personal. «Seremos unos empleados considerados, pero debemos hacerlo de manera racional, cuidadosamente», dijo.

La gran duda ahora es cuántos empleos pueden destruirse. UBS cuenta con 74.000 empleados en todo el mundo, frente a los 30.000 de Credit Suisse y los sindicatos suizos creen que el recorte puede ser significativo en el país, con la reducción de puestos administrativos y el cierre de oficinas. «Los trabajos de muchos empleados están en riesgo», ha asegurado el sindicato suizo de banca SBPV.

Un plan de reestructuración centrado en el empleo

El consejero delegado de UBS, Ralph Hamers, aseguró el domingo, en la conferencia con analistas para presentar la operación, que el objetivo era reducir costes asociados al recorte de plantilla por 6.000 millones de dólares (5.580 millones de euros) como parte de un plan de ajuste más amplio de 8.000 millones de dólares anuales hasta 2027. Otros 2.000 millones corresponden a gastos en tecnología de la información.

Los planes de los compradores pasan por abordar la mayor parte de los despidos en el negocio doméstico de Credit Suisse y en su banca de inversión, en los que trabajan unas 30.000 personas, según Financial Times. El ajuste total podría afectar a 40.000 trabajadores, esto es, a una tercera parte de la plantilla conjunta de ambas corporaciones.

Moody’s ve riesgo en la compleja integración

La agencia de calificación credicitia Moody’s ha recortado el rating de UBS aludiendo precisamente a la complejidad de la reestructuración pendiente en Credit Suisse, así como a la «extensión y duración de la integración». A finales del año pasado, el banco fallido ya puso en marcha un plan de reestructuración que incluía la eliminación de 9.000 empleos, de los que cerca de 4.000 ya han abandonado la entidad.

Credit Suisse tiene 17.000 empleados en banca de inversión, que es ahora la parte más frágil del negocio. En España emplea a unas 400 personas, con un foco especial en la gestión de grandes patrimonios, que es una actividad muy rentable. Al vender el año pasado su negocio en el país a Singular Bank, UBS se comprometió a no regresar en tres años. Este acuerdo le obligaría a vender o cerrar la oficina española de Credit Suisse, o a pagar una sanción si quiere continuar.

Los directivos de Credit Suisse ya están identificando solapamientos

Los costes laborales anuales de Credit Suisse rondan los 8.800 millones de francos suizos (8.840 millones de euros). «Trabajaremos de forma diligente en la nueva etapa para identificar qué puestos podrían verse afectados», indicaron ayer el consejero delegado de Credit Suisse, Ulrich Körner, y el presidente del banco, Axel Lehmann, en un mensaje a la plantilla. «Donde sea necesario, lo comunicaremos a los afectados conforme a las especifidades de cada país».

La previsión es que la fusión se aborde en el segundo semestre del año. En Suiza, la operación ha generado gran malestar entre las fuerzas políticas y distintos colectivos, entre los que se ha llegado a pedir una escisión del negocio suizo de Credit Suisse que permita preservar los empleos.

En el área de banca de inversión, los recortes proceden en buena parte de la sequía de operaciones de compraventa de empresas y de salidas a bolsa en los últimos meses, que ya han obligado a corporaciones como Goldman Sachs o Blackrock a recortar miles de posiciones en todo el mundo. Este negocio se caracteriza por el perfil elitista de los banqueros y las elevadas retribuciones.